¿Te apetece compartir alguna actividad con tus hijos y no sabes cuál? El Yoga puede ser una opción. Ir sembrando las semillas del autocontrol, la respiración correcta y el autoconocimiento te dará frutos en la edad de la adolescencia. Como sabes, también en niños con síndrome de Down está comprobado su beneficio. Obviamente, las clases con niños han de ser más dinámicas y la relajación no ha de excederse.
Armonizan su biología, coordinan cuerpo y mente, acentúan la concentración, se sosiegan. Les previene de tensiones emocionales, irritabilidad, insomnio, falta de apetito o ingesta compulsiva. Canalizan la agresividad, ayuda a superar los disgustos recibidos en el entorno familiar o escolar, previene contra numerosos trastornos psicosomáticos. Le enseña al niño a estar consigo mismo. Favorece el desarrollo neuromuscular y estabilizan el carácter.
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